El Gran Héroe de las Letras Divinas...


El Gran héroe de las Letras Divinas.

No sé..., como que me estoy convirtiendo en Letra: Letra Divina y Letra Humana, Dicen que en el Cielo no hay palabras, Solo mandatos tácitos o expresos pero mandatos al fin, pura obediencia, santa y feliz obediencia, no (cero) malcriadez. Mi cuerpo todo se está fundiendo y son solo letras lo que veo, Lo que siento, lo que soy.  ¿Será por eso que me gusta tanto escribir? Esta es la estela que dejo en mi transformarme (letras y pensamiento/ pensamiento y letras).

Me puedo movilizar “en mi mente” mucho más rápido que la velocidad de la luz y el sonido juntos, porque Letra soy yo y lo más interesante es que puedo  entrar a cualquier parte del mundo y absorberlo todo y sin embargo, mi cerebro no está obeso, aún queda mucho espacio libre para muchas letras, para muchos modos de cognición de muchas cosas, de cosas divinas, de cosas humanas, de cosas profanas.

Soy Letra, me paseo libremente por entre todas las enciclopedias, libros raros de sabiduría y fuentes del saber, de cualquier tipo que éstos sean.

Sin embargo debo ser muy prudente, porque de mí al final solo quedarán mis Letras, y quiero que queden grabadas cosas muy bellas que sirvan de algo a la posteridad del resto de los hombres.
 
Es verdad que en mi hay cosas “no excelentes” (como en toda persona), pero deseo que quede de mi solo lo bello y lo hermoso: Mis Letras: ¿Qué es lo bello para mi?: Simplemente todo aquello que te deje cual Quijote meditabundo y perdido lejos de esta realidad, peleando contra horribles  monstruos imaginarios “para los demás”, pero que para mi son reales, y lo cierto del caso es que llegue a derrotarlos.

Quiero viajar al centro de mí mismo, a ver qué encuentro, quizá no encuentre nada allí, pero no importa. Destápense todos mis enigmas ahora mismo, es una Orden: Puertas de la Sabiduría infinita: Ábranse Ahora mismo, es una Orden, no una sugerencia.  Enigmas de la Persona Divina: Venid a mí y revélense.  Sabiduría demoníaca, ven a mí para destruirte, es una orden, ven para destruirte.

Conocimiento es poder, poder de destrucción, poder de construcción. Había una vez una gran familia de demonios que un buen día se encontraron encerrados en una cosa llamada Ciberespacio Tecnológico, el tiempo no transcurría para ellos, se abalanzaba sobre ellos su ruina segura.  Dios ya los había encriptado allí y podían ser cálidamente observados por todos, como monstruos circenses sin esperanza alguna y ridículos. Hacían siempre gala de sus peores cualidades de perdedores ante mí, el gran héroe de las Letras Divinas. Soy Letra...

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